Sinchronicity ("Stop Making Sense" - Talking Heads - Jonathan Demme - 1984)
De las bandas que suenan como un reloj, Talking Heads fue lo mejor de lo mejor. Divertida y cáustica, la banda liderada por David Byrne sigue dando ganas de bailar rocanrol, con su sonido cristalino, su sólida base rítmica, su propuesta eléctrica-electrónica jugadísima, y sobre todo por su funcionamiento colectivo. No suena David Byrne: suenan Talking Heads.
La película de Jonathan Demme ("The Silence of The Lambs", "Something Wild") comienza con un plano-secuencia de unos diez minutos que empieza por los títulos (a lo Kubrick, a lo Sonnenfeld, a lo Burton) y con Byrne entrando al escenario absolutamente solo, con un radiocassette y una guitarra, para interpretar "Psycho Killer", la canción que abre el film. El concierto. Porque se trata de un concierto de Talking Heads. Luego de que la banda se termine de montar en el escenario, vamos a asistir a una serie de secuencias donde cada transición, cada cambio de vestuario y de iluminación se corresponden, plano a plano, con el clima de cada canción. Y vice versa. O no sé, pero todo es y todo suena perfecto. Si la estás mirando, estás viendo la primera película hecha íntegramente con audio digital. Y no vas a ver muchos cortes ni mucho plano contrapicado ni mucho frenesí. Pero sí te vas a sorprender.
Como siempre en estos casos (voto a Roger Waters) hay una puja estética entre el concepto del músico y el modelo conceptual del cineasta. En "Stop Making Sense" por suerte hay un equilibrio precioso, una cosa así de sinergia. Los temas más bellamente logrados son "Psycho Killer", "Heaven", "Slippery People", "Burning Down The House", "Once in a Lifetime", "Girlfriend Is Better" y "Take Me To The River".
Sí, me encanta Talking Heads. Me encanta la voz de David Byrne. Y adoro a Tina Weymouth, la bajista, que colaboró con Damon Albarn (ella es Noodle, de la banda Gorillaz) y que tiene un bajo Höfner Steinberger, igualito a mi guitarra eléctrica, esa que pagué en ocho cuotas en una tienda de la calle Marina, en una época y en una ciudad en la que todavía existían los unicornios. Stop making sense.
La película se encuentra completa y con excelente calidad de sonido en YouTube.
Aquí habrán serpientes. Take me to te river and fuck me in the water.
Abrazos
La película de Jonathan Demme ("The Silence of The Lambs", "Something Wild") comienza con un plano-secuencia de unos diez minutos que empieza por los títulos (a lo Kubrick, a lo Sonnenfeld, a lo Burton) y con Byrne entrando al escenario absolutamente solo, con un radiocassette y una guitarra, para interpretar "Psycho Killer", la canción que abre el film. El concierto. Porque se trata de un concierto de Talking Heads. Luego de que la banda se termine de montar en el escenario, vamos a asistir a una serie de secuencias donde cada transición, cada cambio de vestuario y de iluminación se corresponden, plano a plano, con el clima de cada canción. Y vice versa. O no sé, pero todo es y todo suena perfecto. Si la estás mirando, estás viendo la primera película hecha íntegramente con audio digital. Y no vas a ver muchos cortes ni mucho plano contrapicado ni mucho frenesí. Pero sí te vas a sorprender.
Como siempre en estos casos (voto a Roger Waters) hay una puja estética entre el concepto del músico y el modelo conceptual del cineasta. En "Stop Making Sense" por suerte hay un equilibrio precioso, una cosa así de sinergia. Los temas más bellamente logrados son "Psycho Killer", "Heaven", "Slippery People", "Burning Down The House", "Once in a Lifetime", "Girlfriend Is Better" y "Take Me To The River".
Sí, me encanta Talking Heads. Me encanta la voz de David Byrne. Y adoro a Tina Weymouth, la bajista, que colaboró con Damon Albarn (ella es Noodle, de la banda Gorillaz) y que tiene un bajo Höfner Steinberger, igualito a mi guitarra eléctrica, esa que pagué en ocho cuotas en una tienda de la calle Marina, en una época y en una ciudad en la que todavía existían los unicornios. Stop making sense.
La película se encuentra completa y con excelente calidad de sonido en YouTube.
Aquí habrán serpientes. Take me to te river and fuck me in the water.
Abrazos
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