¿Quién mató a la chica? ("The Gift", Sam Raimi, 2000)
"Premonición" es el poco feliz título en español de esta peli con Cate Blanchett, Greg Kinnear y Katie Holmes. El reparto se completa con Keanu Reeves, Hillary Swank y algunos otros muy buenos actores que solemos ver en pelis de Sam Raimi. Y su Oldsmobile amarillo del '73.
Porque Sam Raimi vuelve para pintar al pueblo chico y al infierno grande.
El guión es de Billy Bob Thornton, y según cuentan es un poco autobiográfico. La mamá de Billy Bob, dicen, era vidente.
Annie Wilson (Blanchett) vive en un pequeño pueblo en el que no puede haber secretos. O mejor dicho, en el que todo el mundo conoce parte de las miserias de los demás e inventa el resto. En un pueblo en el que todos tienen secretos bien guardados, secretos que serían capaces de defender a cualquier precio. Pero ¡ay! Annie tiene el poder de penetrar en los secretos de los demás.
Viuda desde hace un año, se mantiene, a ella y a sus tres hijos, gracias a los "donativos" que recibe a cambio de echar las cartas a la gente del pueblo. Pero un buen día es convocada por el escéptico comisario para ayudar a localizar a una chica perdida (Katie Holmes). Como es fácil de prever, todas las historias de la pequeña comunidad están entrelazadas, y el caso de la chica perdida no es la excepción. El crimen, que ya se adivina, tiene implicancias personales para Annie.
Si bien es una peli de "quién es el asesino", hay que destacar que a esta historia un poco trillada Raimi la pule y le otorga un brillo que sólo los grandes pueden. Y es que el querido Sam lustra el film mediante la renuncia de la piedad, en todos los sentidos. Viene de dirigir "Evil dead" y sus secuelas. No va despeinarse por ser cruel con sus personajes, y si la Blanchett se tiene que aguantar golpes en el cuerpo y en el alma, que así sea. Y si un niño debe sufrir... pues la vida, hijo mío, es durísima. Los locos carecen de ciertos pruritos morales, y Raimi no lo ignora.
Pero además, pinta la aldea de manera bella: los planos, los barridos, la luz, son perfectos. La narración es brillante, puro contraste entre la belleza del bosque y la decadencia de la tumba. Puro cine.
¡Oh, horror! ¡Me acabo de descubrir como fan de Sam Raimi! Debí haberlo sabido cuando, hace un treintena de años, me fascinó "Evil dead". O cuando, hace una semana, me quedé sin aliento con "Drag me to hell".
Vean "The Gift" con las luces atenuadas, mientras disfrutan de un Rioja joven (o un tempranillo de San Juan, según) y un poco de queso bien curado.
Abrazos
Porque Sam Raimi vuelve para pintar al pueblo chico y al infierno grande.
El guión es de Billy Bob Thornton, y según cuentan es un poco autobiográfico. La mamá de Billy Bob, dicen, era vidente.
Annie Wilson (Blanchett) vive en un pequeño pueblo en el que no puede haber secretos. O mejor dicho, en el que todo el mundo conoce parte de las miserias de los demás e inventa el resto. En un pueblo en el que todos tienen secretos bien guardados, secretos que serían capaces de defender a cualquier precio. Pero ¡ay! Annie tiene el poder de penetrar en los secretos de los demás.
Viuda desde hace un año, se mantiene, a ella y a sus tres hijos, gracias a los "donativos" que recibe a cambio de echar las cartas a la gente del pueblo. Pero un buen día es convocada por el escéptico comisario para ayudar a localizar a una chica perdida (Katie Holmes). Como es fácil de prever, todas las historias de la pequeña comunidad están entrelazadas, y el caso de la chica perdida no es la excepción. El crimen, que ya se adivina, tiene implicancias personales para Annie.
Si bien es una peli de "quién es el asesino", hay que destacar que a esta historia un poco trillada Raimi la pule y le otorga un brillo que sólo los grandes pueden. Y es que el querido Sam lustra el film mediante la renuncia de la piedad, en todos los sentidos. Viene de dirigir "Evil dead" y sus secuelas. No va despeinarse por ser cruel con sus personajes, y si la Blanchett se tiene que aguantar golpes en el cuerpo y en el alma, que así sea. Y si un niño debe sufrir... pues la vida, hijo mío, es durísima. Los locos carecen de ciertos pruritos morales, y Raimi no lo ignora.
Pero además, pinta la aldea de manera bella: los planos, los barridos, la luz, son perfectos. La narración es brillante, puro contraste entre la belleza del bosque y la decadencia de la tumba. Puro cine.
¡Oh, horror! ¡Me acabo de descubrir como fan de Sam Raimi! Debí haberlo sabido cuando, hace un treintena de años, me fascinó "Evil dead". O cuando, hace una semana, me quedé sin aliento con "Drag me to hell".
Vean "The Gift" con las luces atenuadas, mientras disfrutan de un Rioja joven (o un tempranillo de San Juan, según) y un poco de queso bien curado.
Abrazos
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