"Mi papá era granjero. Como casi todos, en aquel entonces." ("Interestelar", Christopher Nolan, 2014).
Ay, este Christopher, siempre filmando su mejor película. Para colmo, lo tiene al Johnathan al lado, que le ayuda a escribir. Por suerte siempre se llevaron bien.
Hasta aquí, la mamá de Nolan.
En "Interestelar", este lindo planeta en el que vivimos por ahora, se encuentra en bastante mal estado como para sostener al género humano, debido a una muy prolongada sequía global. El polvo lo va cubriendo todo y las pestes se abaten sobre los cultivos, una pena, con lo que le gusta a la gente comer. Al menos hay paz: Luego de haber eliminado a muchísimos pueblos en la puja distributiva por lo poco que hay para comer, la NASA ha sido disuelta y la exploración del Cosmos ha sido cancelada, porque ¿Qué esperanza, en el sentido práctico, puede haber en investigar el Universo y desentrañar los misterios de la Naturaleza, o descifrar qué ecuaciones gobiernan esto o aquello?
En este contexto, más o menos, una niña recibe señales de un fantasma que juega con la gravedad en su cuarto, un padre decide salir a recorrer el espacio en busca de tres esperanzas inciertas, un muchachito se convierte en alumno brillante contra todo pronóstico, un abuelo sostiene hasta más de lo que puede, una hija se va a perseguir el sueño improbable de su admirado padre. Y el amor. Hay una viaje que dura lo que duran los viajes para cada uno, porque para nadie dura lo mismo nada, cuando los encuentros están tan separados entre sí por el tiempo, ese traidor enemigo de la simultaneidad, tan difícil de dominar. Tal vez.
Si en "Inception" Nolan proponía ciertas reglas para regir la percepción del transcurso del tiempo dentro de los sueños, así como una arquitectura para el espacio, en "Interestelar" hay un absoluto desligue de aquellos requisitos (por otra parte, necesarios desde lo narrativo). "Interestelar" funciona también con ritmos internos variados, variables y anidados (¿este muchacho había dirigido "Memento", o me parece a mí?) gracias a que las reglas son más violadas y aprovechadas que seguidas a rajatabla. "Interestelar", finalmente, es un bellísimo canto épico acerca de la trascendencia de esta cosita racional, emocional, criminal, egocéntrica, sensible y única que se llama Humanidad, que ha evolucionado, resistido y buscado su razón de ser, y que sobrevive a los tumbos por proponerse metas que no se pueden alcanzar. Quizás.
Trabajan Mathew McConaughey (podría llamarse Pérez, también), Michael Caine, Anne Hathaway, John Lithgow, Matt Damon, Jessica Chastain ("Mamá", de A. Muschietti), Wes Bentley ("American Beauty", "The Hunger Games"), Casey Affleck (para mí, el Affleck bueno). Aplausos de pie para Mackenzie Foy ("The Conjuring", de James Wan) y la siempre bella Ellen Burstyn. El presupuesto es acorde, los efectos especiales y la creatividad puesta al servicio de que todo sea verosímil, ni qué decir.
Fui a ver esta película con Camila, y la proyectaron para los dos solos. Un cine grande para mí y para mi hija grande. Cami: seguís haciéndome muy, muy feliz. Y sí, volvería a buscar tu Tweety una y mil veces.
Hasta aquí, la mamá de Nolan.
En "Interestelar", este lindo planeta en el que vivimos por ahora, se encuentra en bastante mal estado como para sostener al género humano, debido a una muy prolongada sequía global. El polvo lo va cubriendo todo y las pestes se abaten sobre los cultivos, una pena, con lo que le gusta a la gente comer. Al menos hay paz: Luego de haber eliminado a muchísimos pueblos en la puja distributiva por lo poco que hay para comer, la NASA ha sido disuelta y la exploración del Cosmos ha sido cancelada, porque ¿Qué esperanza, en el sentido práctico, puede haber en investigar el Universo y desentrañar los misterios de la Naturaleza, o descifrar qué ecuaciones gobiernan esto o aquello?
En este contexto, más o menos, una niña recibe señales de un fantasma que juega con la gravedad en su cuarto, un padre decide salir a recorrer el espacio en busca de tres esperanzas inciertas, un muchachito se convierte en alumno brillante contra todo pronóstico, un abuelo sostiene hasta más de lo que puede, una hija se va a perseguir el sueño improbable de su admirado padre. Y el amor. Hay una viaje que dura lo que duran los viajes para cada uno, porque para nadie dura lo mismo nada, cuando los encuentros están tan separados entre sí por el tiempo, ese traidor enemigo de la simultaneidad, tan difícil de dominar. Tal vez.
Si en "Inception" Nolan proponía ciertas reglas para regir la percepción del transcurso del tiempo dentro de los sueños, así como una arquitectura para el espacio, en "Interestelar" hay un absoluto desligue de aquellos requisitos (por otra parte, necesarios desde lo narrativo). "Interestelar" funciona también con ritmos internos variados, variables y anidados (¿este muchacho había dirigido "Memento", o me parece a mí?) gracias a que las reglas son más violadas y aprovechadas que seguidas a rajatabla. "Interestelar", finalmente, es un bellísimo canto épico acerca de la trascendencia de esta cosita racional, emocional, criminal, egocéntrica, sensible y única que se llama Humanidad, que ha evolucionado, resistido y buscado su razón de ser, y que sobrevive a los tumbos por proponerse metas que no se pueden alcanzar. Quizás.
Trabajan Mathew McConaughey (podría llamarse Pérez, también), Michael Caine, Anne Hathaway, John Lithgow, Matt Damon, Jessica Chastain ("Mamá", de A. Muschietti), Wes Bentley ("American Beauty", "The Hunger Games"), Casey Affleck (para mí, el Affleck bueno). Aplausos de pie para Mackenzie Foy ("The Conjuring", de James Wan) y la siempre bella Ellen Burstyn. El presupuesto es acorde, los efectos especiales y la creatividad puesta al servicio de que todo sea verosímil, ni qué decir.
Fui a ver esta película con Camila, y la proyectaron para los dos solos. Un cine grande para mí y para mi hija grande. Cami: seguís haciéndome muy, muy feliz. Y sí, volvería a buscar tu Tweety una y mil veces.
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