"To Whom It May Concern" ("Wasting Light", Foo Fighters, 2011)

Y uno va y se pregunta ¿Qué estaba escuchando sino ésto? A veces uno espera demasiado y a veces no es tanto, y valió la pena. Uno estuvo malgastando luz, vaya a saber. Pero aquí está, por primera vez, sin siquiera pensar, liberándote otra vez, para ver el brillo un momento a la vez, el sacrificio al que nadie sobrevive, por siempre, cuando sea: No quiero morir. No quiero morir. Foo Fighters traía rocanrol y alcanzamos el último vagón mientras corría ya, mientras se iba, caímos de rodillas pero estamos a bordo.

Este disco fuerte, lleno de vida y con sabor al viejo rock de los setentas, cuando descubrimos esa herida que nunca iba a cicatrizar, se llama "Wasting Light". Es un poema desgarrado de guitarras secas (Dave Grohl, Pat Smear, Chris Shiflett), bajo fuerte y preciso a morir (Nate Mendel) y una percusión tremenda (Taylor Hawkins). Foo Fighters: esa banda de rock con tres guitarras y la voz de Grohl. Post grunge. Ponéle.

El disco abre con "Bridge Burning", sin anestesia porque no corresponde y jamás la pedimos por ser el caso. "Rope", el segundo tema (iba a decir corte, qué boludo) se basa en unos riffs arcaicos que nos recuerdan lo que en realidad disfrutamos de la vida. "Dear Rosemary" pongamos que es la balada necesaria para bajar las pulsaciones pero no, porque late a ciento diez y te lleva por delante, una y otra y otra vez. Para levantar, por si hacía falta, viene "White Limo": si nos gustaba el nu metal, aquí está la raíz, que siempre fue rocanrol.



Aquí llega "Arlandria", que tiene su propio ritmo. Shame, shame, go away, come again some other day. Y entonces, "These Days", que es melodiosa pero muerde. "Back and Forth", un rocanrol bonito de estribillo saltarín, de esos que adoramos. "A Matter of Time" redobla la apuesta de "Arlandria" con ese arpegio detrás de los riffs ensordecedores. "Miss The Misery" viene con una cierta tristeza rabiosa, que encuentra su síntesis en la preciosa "I Should Have Known", porque debería haberlo sabido, debería haber sabido que aquí llegabas, que te ibas, que llegabas: "Walk". Sin duda la canción más Foo Fighter de todas, por canción y por potencia desatada. Por las ganas de seguir y seguir. Porque Foo Fighters es una banda de seguir. Aprender a caminar otra vez, porque uno ha esperado demasiado y no se quiere morir, aunque esté de rodillas, uno quiere seguir, porque no decimos adiós, por siempre, por siempre, no vamos a morir, por siempre, pase lo que pase. Aprender a caminar de nuevo. Porque ya fue demasiado lo que esperamos.


"Walk". La cara de Grohl cuando lee "Coldplay" es de antología.

Debería terminar ahí. Pero no, y es mejor. Termina con "Better Off", un tema beatlero, bello y bien peinado. Si terminara en "Walk", sería hermosísimo. Así, es hermoso.

En fin, nos hemos enamorado de Foo Fighters y no ha sido tarde: hemos aprendido a caminar de nuevo, ya que podemos.

Abrazos.

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