"The Future Is Broken" ("Black Mirror" - 2011... - Charlie Broker)
"Black Mirror" es una serie británica de ciencia ficción creada y escrita por Charlie Broker , y distribuida actualmente por Netflix. Lleva por ahora dos temporadas de tres episodios cada una, y una tercera de doce episodios está confirmada para este año. Los derechos del capítulo final de la primera temporada, "The Entire History Of You" han sido adquiridos por Robert Downey Jr. para convertirlo en una película. Hasta aquí la información.
"En general los shows se hacen para reconfortarte. Quise hacer algo para incomodarte". (Charlie Broker, creador y guionista de "Black Mirror")
"Black Mirror" está conformada por una serie de capítulos unitarios, en los cuales hay dos denominadores comnunes, a saber: la perturbación que ejercen las tecnologías de la comunicación en las relaciones más íntimas y aquella que ejercen esas tecnologías en el comportamiento social. La serie va, diríamos, del conflicto entre las emociones más primarias y la tecnología, que las expone de manera obscena. Verla a veces da la sensación de estar viendo algo que no debería mostrarse. El objeto del conflicto, cuando es íntimo, es la exposición atravesando al amor. Cuando es masivo, es la exposición atravesando a una turba medieval que enarbola móviles a manera de antorchas y horquetas. "Black Mirror" expone las entrañas sin una gota de sangre, y sin una lágrima la más de las veces.
Un ejército de actores impresionantes dan vida a personajes que habitan en un futuro que está a unos pocos meses de aquí. Tenemos a Lindsay Duncan, Rory Kinnear, Julia Davis, Ruppert Everett (todos de pie), en el medio de una dirección de arte impecable (Caroline Barclay) que hace que todo sea onírico en serio: no es real, pero aquí está: porque eso es lo que la hace más realista: no se puede no imaginar que esas pantallas van a mostrar eso que muestran, porque ya está ocurriendo y no hay retorno posible. Cuando una discusión se hace inviable porque se desnuda la más mínima contradicción, cuando el perdón se hace imposible porque la ofensa se repite ad infinitum, cuando la privacidad ya es un recuerdo, cuando cualquier autoridad moral se derrumba frente al ad hominem de un video, de una grabación, de un tuit.
"Black Mirror" es un conjunto de gritos desgarrados en el medio de una noche llena de luces de leds, sin una sola estrella, sin un solo abrazo. Es el último estertor de una soledad que ya ni siquiera es tal, salvo tal vez en lo más frío del alma. Es el sin salida cuando sabíamos que por aquí no, pero no pudimos más que por aquí sí. Y es bella como una lágrima de vidrio cortándote la cara un instante antes de que puedas siquiera sangrar.
Abrazos.
"En general los shows se hacen para reconfortarte. Quise hacer algo para incomodarte". (Charlie Broker, creador y guionista de "Black Mirror")
"Black Mirror" está conformada por una serie de capítulos unitarios, en los cuales hay dos denominadores comnunes, a saber: la perturbación que ejercen las tecnologías de la comunicación en las relaciones más íntimas y aquella que ejercen esas tecnologías en el comportamiento social. La serie va, diríamos, del conflicto entre las emociones más primarias y la tecnología, que las expone de manera obscena. Verla a veces da la sensación de estar viendo algo que no debería mostrarse. El objeto del conflicto, cuando es íntimo, es la exposición atravesando al amor. Cuando es masivo, es la exposición atravesando a una turba medieval que enarbola móviles a manera de antorchas y horquetas. "Black Mirror" expone las entrañas sin una gota de sangre, y sin una lágrima la más de las veces.
Un ejército de actores impresionantes dan vida a personajes que habitan en un futuro que está a unos pocos meses de aquí. Tenemos a Lindsay Duncan, Rory Kinnear, Julia Davis, Ruppert Everett (todos de pie), en el medio de una dirección de arte impecable (Caroline Barclay) que hace que todo sea onírico en serio: no es real, pero aquí está: porque eso es lo que la hace más realista: no se puede no imaginar que esas pantallas van a mostrar eso que muestran, porque ya está ocurriendo y no hay retorno posible. Cuando una discusión se hace inviable porque se desnuda la más mínima contradicción, cuando el perdón se hace imposible porque la ofensa se repite ad infinitum, cuando la privacidad ya es un recuerdo, cuando cualquier autoridad moral se derrumba frente al ad hominem de un video, de una grabación, de un tuit.
"Black Mirror" es un conjunto de gritos desgarrados en el medio de una noche llena de luces de leds, sin una sola estrella, sin un solo abrazo. Es el último estertor de una soledad que ya ni siquiera es tal, salvo tal vez en lo más frío del alma. Es el sin salida cuando sabíamos que por aquí no, pero no pudimos más que por aquí sí. Y es bella como una lágrima de vidrio cortándote la cara un instante antes de que puedas siquiera sangrar.
Abrazos.
De lo mejor que he visto últimamente. Todos los capítulos me han dejado con un poso amargo en el fondo de las tripas y todos me han hecho pensar. Una obra maestra.
ReplyDeleteGracias por recomendármelo, gordo.