"El default que no fue". ("Amenazados - El Miedo en la Economía" - Alfredo Zaiat - 2015).

Los sábados en casa empiezan con pajaritos desde hace muchos años ya. Y con el editorial de Alfredo Zaiat en su programa "Cheque en Blanco", que se emite por Vórterix. Zaiat escribe sobre economía en "Página /12", y es un gusto verlo de vez en cuando en la TV Pública, revisar sus editoriales y mirar cómo discute con otros economistas despojado de la túnica de gurú. Desde hace muchos años, también, viene sosteniendo una concepción política de la Ciencia Económica, deconstruyendo la imagen alquímica de los procesos económicos, de los actores de la economía y de los economistas. Todo esto con análisis cuidadosos, documentados y contextualizados.

Luego de haber leído "Economía a Contramano", uno esperaba en "Amenazados" una especie de actualización, a la luz de la evolución de la política argentina y mundial. Por suerte, no es así. Zaiat habla en su último libro acerca de cómo el poder real crea demonios, los instala como protagonistas y los utiliza para llevar agua a sus múltiples molinos. Zaiat pone como protagonistas en cada capítulo a los hechos contrastables (y vividos) de los procesos, exponiendo las variables duras a la luz de sus causas, y midiendo con mirada amplísima sus efectos. Zaiat ha evolucionado enormemente, también, como escritor: su relato fluye y funciona muchísimo mejor, se lee sin esfuerzo y permanentemente atrapa como una novela. Pero, claro, no es una ficción. El Capítulo 6, acerca de las corridas cambiarias, está contado en tiempo de cine, con sus aceleraciones y sus pausas, con ritmos internos que cuentan una historia que nos tuvo en vilo durante meses. Los criminales son desenmascarados desde el principio, pero lo que importa es el devenir, como en las buenas ficciones.

"Amenazados" es un libro excelente, muy bien escrito y documentado. No renuncia al lenguaje formal, que se nos hace familiar a poco de empezar. Es un hecho periodístico potente y un hecho literario agradable. Hay que leerlo, porque cosas así no abundan incluso hoy en día, cuando cualquier idiota escribe un libro.

Abrazos.

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