Música de Incultos: Talibán del rocanrol

Y entonces viene mi hermano y me presta este CD de "Las Pelotas", con esa cara que suele poner (de chiquito lo conozco) de "Escuchá ésto. Desburráte."
Y yo voy y me lo escucho.
(A simple vista puedes ver.)
Cualquier cosa es rocanrol. Cualquier cosa. Es evidente que estoy viejo e intolerante y que no sé, porque de otra manera no se explica que haya vuelto a "Pequeñas Anécdotas sobre las Instituciones", y a conmoverme con "Música de fondo para cualquier fiesta animada". Y a saltar de ahí a Serú Girán, lo más precioso que ha dado el rock de este lado de Greenwich. Tal vez me equivoque, porque no sé.
Pero sí hay algo que sé.
(Pensando en el alma que piensa.)
Charly García decidió, creo yo que en su disco "Clics modernos", casarse con la batería electrónica y probar las mieles del pop, para hacer lo que tenía ganas de hacer, que es lo que hacen los artistas. Eso no quita que lo más profundo, complejo y exquisito de su producción haya estado entre este tercer disco de Sui Generis y el primero solista. En el medio, esa tremenda banda que fue Serú. Cuando por allí se apostaba por el bacalao repetitivo y por aquí por la alegría mundialista, vienen estos gigantes a hacer y a decir nada menos que la "Canción de Alicia en el Pais". Ruina sobre ruina. Se me ponen de punta los pelos de la peluca telefónica.
¿Qué músico hace lo que hizo Charly, con el desparpajo y la deliciosa inocencia de la que sólo es dueño el rock? Eran otros tiempos, me digo. Hace falta una época para parir un artista, quizás. Tanto no sé. Pero sí sé una cosa.
(Yo puedo compaginar la inocencia con la piel.)
El disco de "Las Pelotas" comienza con la canción "Personalmente", que personalmente me suena chillout (perdón, Silvio, pero es así), y que personalmente me dan ganas de apagar en cuanto dice "todo es oro, todo es sal". Pero bueno, Charly nos justifica y nos da permiso, porque mientras miraba las nuevas olas , nacían el Wadu-wadu de Virus, el Temblor de Soda Stereo, el hociquito de los Ratones Paranoicos, y así y así hasta que lo que hacía la Bersuit era rock. Y ahora Calle 13 resulta que es rocanrol, así como eso que hace Vicentico con la garganta, que le dicen cantar ¿Será como yo lo imagino, o será un mundo feliz? No sé.
Pero hay algo que sí sé.
A ver. Esto quiere ser un blog sobre cine y entonces recomiendo la peli "Adios Sui Generis", que viene a ser el principio de la revolución. Y todos los videos de Serú Girán. He cumplido.
No me olvido de Los Redondos, no me olvido de Divididos. Digo que hay artistas gigantescos que transitan por donde quieren con una autoridad y una actitud grácil, ganada a fuerza de talento, valentía y ego. Eso y no otra cosa es Charly García. Otros habrá, y estaré siendo injusto. Me disculpo porque no sé.
Pero hay una cosa que sé y es ésto que dicen que dijo Pete Towshend:
"Si grita pidiendo verdad en lugar de auxilio, si se compromete con un coraje que no está seguro de poseer, si se pone de pie para señalar algo que está mal pero no pide sangre para remediarlo, entonces es rock and roll"
Lo demás, todo lo demás, debe ser otra cosa.
Abrazos

Comments

  1. Adolfo,
    Perdón por utilizar éste medio pero quiero sacarme una duda.
    ¿Tu correo sigue siendo darthmaul38@msn.com?.
    Abrazo.

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  2. creeme que no es un chiste fácil: yo sólo estoy a la altura de un blog que se titulara cine de inculto.
    Un gran abrazo
    Ripio

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  3. Adolfo: ¿Viste la notable "El hombre de al lado"?.

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  4. Hola Mauricio! Aun no la he visto, pero le tengo ganas. Si queres dejar tu comentario sobre una peli en este sitio, por favor hacelo y yo después lo subo como post. En realidad esa fue la idea desde el principio. Un abrazo

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  5. Hola Ripio!!! Muy bienvenido. Vuelva cuando quiera.
    Saludos

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  6. En los créditos finales de "El Hombre de al lado" descubrimos que ésta película nació como un proyecto para cortometraje, pero su guión es tan potente que derivó en lo que era inevitable, un largometraje que en tono de comedia negra nos intimida, nos abofetea y nos saca por un momento de nuestra cómoda posición de espectadores. Sin duda que no es sólo el guión el que hace de éste un gran filme. Los roles genialmente puestos para Rafael Spregelburd y especialmente Daniel Aráoz resultan soberbios.
    Las imágenes iniciales (no se preocupen, no viene spoiler) ya nos muestran que se viene algo importante. 2 mundos opuestos, el blanco y el negro que se cruzan, se mezclan, se devuelven y se vuelven a cruzar. El espectador tiende a empatizar, como en un partido de fútbol en donde no hay sentimientos involucrados, con el más débil, pero acá no está claro cual es éste. Aráoz interpreta un personaje tan querible como aparentemente sensato es el de Spregelburd. La sensatez juega un rol preponderante en el desarrollo de los personajes. Con el correr de los minutos nos vamos involucrando cada vez más con uno y detestando al otro, pero es una rabia que podría transformarse en piedad. Casi solapadamente pasa el importantísimo papel de la hija de Leonardo (personaje de Spregelburd).
    Diseño, Le Corbusier, La Plata, son el telón de fondo de ésta gran obra. Véanla con sus vecinos.
    Un abrazo.

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