"Feeding the Hole" ("Romeo is bleeding" - Peter Medak - 1993)

Nueva York, a mediados del final del Siglo pasado. Jack Grimaldi (Gary Oldman) es un policía corrupto que tiene un negocio redondo: juega para la mafia avisando dónde y cuándo, y a cambio obtiene un gordo sobre con sesenta y cinco mil dólares -tax free- por cada chivatazo. La voz de la conciencia de Jack está en plena consonancia con los actos que realiza, motivo por el cual goza (Jack) de una paz espiritual envidiable. El juicio moral no está puesto en si lo que hace está bien o está mal. La conciencia elabora a posteriori, cuando las cosas ya se han escapado completamente de cualquier control.

A Jack le encantan sus mujeres, y las quiere a todas. En la película vemos a Sheri (Juliette Lewis), a su esposa Natalie (Annabella Sciorra, aquella promesa) y a la bella y malvada carnicera Mona (Lena Olin), pero sospechamos a muchas más. Pero una cosa hay que decir: aunque al parecer cada amor va arrastrando a Jack a un sin salida previsible, sangriento y doloroso, se trata del afán de elegir siempre y consistentemente el camino obviamente equivocado, lo que termina desencadenando no uno sino centenares de conflictos imposibles de manejar por un Romeo cegado de estupidez. Como dice Jack en off cuando tal vez es demasiado tarde: "Lo malo del amor es que te posee a vos".

Sherri


"Romeo is Bleeding" ("La sangre de Romeo" o "Doble Juego" según se esté acá o acullá) es un policial negro que en su momento fue opacado por títulos como "Forrest Gump" o "Pulp Fiction", y entonces pasó directamente (al menos para quien esto escribe) a una estantería de videoclub donde quien esto escribe tuvo la fortuna de trabajar. Es un decir, trabajar, pero hoy un videoclub se me antoja un anacronismo. No importa. Decía que esta película marcaba la cumbre de Gary Oldman como el inmenso actor que es (y que veríamos al poco tiempo repitiendo un papel parecido en "The Professional" de Luc Besson), y que hasta el día de hoy sigue demostrando ser.

Mona
Decíamos: Jack Grimaldi mantiene turbias y diferentes relaciones con tres mujeres turbias y diferentes. A su vez, trabaja para la policía de Nueva York y para la mafia. El pluriempleo no es buena cosa cuando a uno no lo dejan concentrarse, cuando uno es tan de vivir el momento. Y es así como de ser un peón en un juego de grandes, Jack se ve forzado a tomar decisiones, cosa que no es su fuerte. Cada decisión, desde este lado de la trama, se antoja evidentemente estúpida. Pero es el caso que cada decisión es verosímil si uno es Jack Grimaldi.


Natalie

La película tiene una dinámica veloz, circular, concéntrica, como mandan los cánones, porque uno nunca sabe por qué pero termina enredado en las mismas trampas una y otra vez.  No falta el relato en off, ni se ahorra en jazz ni en sangre. La secuencia de Lena Olin esposada en el auto no puede más de desesperante. Vamos a ver aparecer a Ron Perlman en un papelito corto y muy bien hecho, vamos a ver a Will Patton y a James Cromwell en deliciosos papeles secundarios, y vamos a enamorarnos y a llorar por Juliette Lewis y por Anabella Sciorra.

Diremos que Peter Medak ha sabido estar al frante de otras cosas, pero entre todas ellas uno se queda con el episodio "Peekaboo" de la serie "Breaking Bad", de la cual ya hablaremos (y será pecado).

La prótesis de Mona Demarkov
Me quedo para la despedida con eso de que "El infierno es saber que uno debía irse, y no haberse ido". Porque esas son las malas decisiones: tenés que irte, sabés que debés irte, incluso sabés adónde deberías irte, pero no te vas.

Entonces ¿Qué hacemos?

Abrazos

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